Pautas para el control de esfinteres en niños

Pautas para el control de esfinteres en niños

Niño con problemas de defecación

La disfunción miccional es un término utilizado por médicos y enfermeras que significa que una persona no vacía su vejiga normalmente. Este término significa muchas cosas diferentes. Puede significar que la persona espera demasiado tiempo para orinar, o que orina con demasiada frecuencia, o incluso que intenta orinar cuando los músculos que mantienen la orina en la vejiga (los músculos del esfínter) están bloqueados. Los problemas y síntomas que presenta un niño con disfunción miccional dependerán de su tipo de disfunción miccional. Estos problemas y síntomas pueden incluir mojarse durante el día y la noche, orinar con frecuencia y urgencia, infecciones del tracto urinario o, a veces, daños en los riñones. Mojar sólo por la noche (enuresis nocturna) no se considera una disfunción miccional. Muchos niños con disfunción miccional también tienen problemas intestinales. Con tratamiento, la mayoría de los niños mejoran. El mejor tipo de tratamiento depende del tipo de disfunción miccional.

Para entender los diferentes tipos de disfunción miccional es importante tener una idea de cómo funciona la vejiga. La vejiga es como un globo dentro del cuerpo que se llena de orina. Imagínate que sostienes un globo lleno. Los dedos de una mano mantienen cerrado el cuello del globo. Estos dedos actúan como un esfínter. La otra mano se apoya en el globo y lo rodea, al igual que los músculos de la vejiga (llamados músculos detrusores). Para vaciar el globo de la mejor manera posible, relaja los dedos que mantienen el cuello del globo cerrado y al mismo tiempo aprieta hacia abajo con la otra mano. Relajar una mano y apretar hacia abajo con la otra requiere cierta coordinación. Esto es justo lo que deben hacer el esfínter y la vejiga al orinar: el esfínter se relaja al mismo tiempo que se contrae el músculo de la vejiga.

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Goteo de orina en el niño

Miembros del grupo de trabajo:    Patricia Beierwaltes, DNP, CPNP (Presidenta); Lusine Ambartsumyan, MD; Sharon Baillie, RN, CNC, MN; Paige Church, MD; Julie Dicker, RN; Tiffany Gordon, MSN, RN, CPN; Sue Liebold, RN, MS

La gestión de la función intestinal puede ser uno de los mayores y más importantes retos que acompañan al diagnóstico de espina bífida. La espina bífida provoca la pérdida del control motor y sensorial normal en el tracto gastrointestinal y la disfunción anorrectal. Esto se define como una disfunción intestinal neurogénica (DNI). Las lesiones del sistema nervioso por encima del cono medular dan lugar a una DNI motora superior que impide la evacuación del intestino, lo que provoca estreñimiento o impactación. Las lesiones situadas a nivel del cono medular o por debajo del mismo provocan una DNB motora inferior, que da lugar a un fallo en la contención de las heces y, por tanto, a incontinencia fecal. Si se presta atención a estas causas fisiopatológicas del intestino neurogénico, se logrará una mejor comprensión, un mejor cumplimiento del programa y un aumento de la probabilidad de alcanzar los objetivos de continencia sin estreñimiento.3,10,24.

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Tratamiento de la incontinencia urinaria infantil

El entrenamiento para ir al baño debe comenzar cuando el niño muestre signos de que está preparado. No hay una edad correcta para empezar. Si intentas enseñarle a ir al baño antes de que esté preparado, puede ser una batalla tanto para ti como para tu hijo. La capacidad de controlar los músculos del intestino y de la vejiga viene con el crecimiento y el desarrollo adecuados.

Los niños se desarrollan a ritmos diferentes. Un niño menor de 12 meses no tiene control sobre los movimientos de la vejiga o el intestino. El control es muy escaso entre los 12 y los 18 meses. La mayoría de los niños no consiguen controlar los esfínteres hasta los 24 o 30 meses. La edad media de aprendizaje para ir al baño es de 27 meses.

Enfermedad de Hirschsprung

La función fisiológica de la vejiga y del tracto urinario inferior se desarrolla a medida que los niños crecen. Las condiciones socialmente aceptables se alcanzan de forma progresiva, y el control de la micción se logra alrededor de los 5 años de edad. Cuando los síntomas del tracto urinario inferior (STUI) persisten más allá de esa edad, la afección se denomina disfunción del tracto urinario inferior (DTBI). Se ha informado de que esta afección afecta al 17-22% de los niños (1-3).

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Los niños con DTBI son más propensos a desarrollar trastornos urinarios como el reflujo vesicoureteral y la infección urinaria recurrente. Estas afecciones aumentan la probabilidad de que se produzcan cicatrices renales (4) que, a largo plazo, pueden evolucionar hacia la insuficiencia renal (5-7). Los niños y adolescentes con LUTD también pueden manifestar trastornos emocionales y de comportamiento, como ansiedad, depresión, agresividad y aislamiento social. Se desconoce cuál es la causa y la consecuencia (8); la condición patológica subyacente a esta asociación es un problema complejo. En un ensayo, el 29,4% de los pacientes con LUTD fueron diagnosticados de trastornos psiquiátricos concomitantes, principalmente de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (8). Además, corren un mayor riesgo de sufrir acoso escolar (4, 9).

Marcos Márquez Comejo

El yoga es una gran manera de mantenerse saludable. Practicar yoga puede ayudar a mejorar la flexibilidad y el equilibrio, la fuerza y la resistencia, la salud mental, la circulación sanguínea y la respiración.

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